sábado, 12 de marzo de 2011

Un tsunami devasta Japón

Un terremoto de 8,9 grados Richter, seguido de un tsunami causó ayer muerte y destrucción en Japón, con cientos de víctimas mortales, emergencia nuclear y un número impredecible de desaparecidos, incluyendo pasajeros de barcos y trenes que fueron arrasados por una ola de diez metros en el noreste del país.

El río Natori se deslizó con progresiva fuerza hasta sumergir casas y edificios en las zonas residenciales, arrastrando en su trayecto embarcaciones, vehículos y árboles.

En Tokio, la Policía dijo que al menos 384 personas murieron, 707 están desaparecidas y 947 heridas tras el sismo, aunque se trata de cifras totalmente fragmentarias. Por su parte, la agencia Kiodo habla de no menos de 1.000 víctimas fatales.

El epicentro del terremoto se encuentra a 500 kilómetros de la capital nipona, donde los rascacielos oscilaron algunos minutos después del sismo y millones de personas salieron a las calles a causa del temblor que parecía no tener fin.

Trenes desaparecidos

Hasta el momento, se han registrado nueve réplicas, la última de los cuales alcanzó los 6,6 grados en la escala de Ritcher y se produjo en la parte occidental de Japón, pero fue advertida también en la capital Tokio.

Los puertos del país fueron cerrados y las operaciones de descarga están bloqueadas, anunciaron las compañías marítimas japonesas.

Cuatro son los trenes operativos en la zona costera de las prefecturas de Miyagi e Iwate que fueron dados por desaparecidos, según la agencia Kiodo.

En la prefectura de Miyagi desapareció un barco que llevaba 100 personas a bordo y que fue arrastrado por el tsunami con olas de hasta diez metros de tamaño.

Por el momento, se desconoce el número de personas a bordo de los convoyes de la East Japan Railway, que circulaban en las líneas Ofunato, Senseki y Kesennuma sobre la costa del Pacífico. El mismo operador ferroviario dijo que otro tren de la línea Senseki se descarriló cerca de la estación Nobiru después del violento terremoto.

El primer ministro de Japón, Naoto Kan, declaró el estado de emergencia mientras el ministerio de Defensa envió 300 aviones y 40 barcos a las áreas afectadas, más 8.000 hombres de las fuerzas de autodefensa.

El nuevo ministro de Exteriores de Japón, Takeaki Matsumoto, dio órdenes a la diplomacia de aceptar ayudas internacionales a las que respondieron 38 naciones, mientras el presidente norteamericano Barack Obama prometió apoyo total, enviando el portaaviones Ronald Reagan.

Alerta nuclear

Al mismo tiempo, se declaró el estado de máxima alerta para las centrales nucleares, aunque las autoridades manejan con prudencia la fuga de material radioactivo de la de Fukishima, la número uno del país que se encuentra en la región afectada.

Ésta es una de las 11 centrales activas en el momento del sismo, que no se apagó automáticamente. En la mañana de hoy el primer ministro japonés, Naoto Kan, pidió la evacuación del área en torno a la central de Fukushima, en un radio de diez kilómetros, por temor a los efectos de una fuga de radioactividad.

La emisora pública NHK afirmó que en el exterior de la central el nivel de radioactividad es ocho veces superior a la norma.

En tanto, al menos 300 cadáveres fueron encontrados sobre una playa de Sendai, en la isla de Honshu, noreste de Japón, embestida por el maremoto que siguió al sismo que afectó al país.

Nueve

Réplicas se registraron después del sismo principal de 8,9 grados en la escala de Richter que asoló la vasta región noreste de Japón.

En ese lugar parece concentrarse el número mayor de víctimas del desastre, dijo la agencia noticiosa Jiji. La ciudad de Kesennuma, un pequeño centro de 74.000 habitantes en el noreste de Japón, resultó afectada por incendios y un tercio de su territorio está sumergido después del terremoto y del tsunami del fatídico viernes 11 de marzo.

Los medios locales dan a cada momento recuentos diferentes de los desaparecidos, en especial por el maremoto en el noreste que afectó varias localidades de Miyagi, una región muy castigada.

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