domingo, 19 de marzo de 2017

Plan de contingencias para encarar un sismo

A pesar de tener un historial de sismos que data de siglos, Sucre nunca contó con un plan de contingencias para encarar un fenómeno de esas características. En el departamento de Potosí, en la zona de los Lípez, casi a diario se registran temblores de baja intensidad…

El Consorcio de Agencias Humanitarias en Bolivia, a la cabeza de Plan International, capacita al personal de la Unidad Integrada Municipal de Gestión de Riesgos de la Alcaldía de Sucre, que a su vez elabora un plan de contingencias.

Ese consorcio es la unión de siete agencias que trabajan en temas humanitarios: CARE, OXFAM, Christian Aid, Catholic Relief Services, HelpAge International, Save de Children y Plan International. Cuenta con financiamiento de la Unión Europea Ayuda Humanitaria, según explica a ECOS el Oficial de Proyecto HIP ECHO “KALLPACHASPA” (Fortalecimiento de la resiliencia ante emergencias y desastres en los departamentos de Cochabamba y Chuquisaca), de Plan International Bolivia, José Luis Barrera.

Esta plataforma de colaboración interagencial trabaja en temas de gestión de riesgos y desastres por el cambio climático con el Gobierno local, departamental y nacional. Lo hace especialmente en el área rural y desde hace varios años.

En este marco, Plan International viene capacitando desde hace unos meses al personal de la Unidad Integrada Municipal de Gestión de Riesgos, de la Alcaldía de Sucre, sobre la amenaza de sismos, para que elabore un plan de contingencia con el que se pueda encarar estos fenómenos naturales.

La razón de los sismos

Barrera explica que la placa de Nazca está debajo del océano, mientras que la placa Sudamericana o Continental está en la tierra. Al producirse esa presión se formó la Cordillera de los Andes y, consecuentemente, las serranías y valles en la parte meridional del continente.

Debido a su ubicación geográfica, Bolivia se encuentra en una zona sísmica, es decir, sobre la placa Sudamericana. Los centros urbanos de Sucre y Aiquile están situados entre las fallas de la corteza continental.

De acuerdo con la información proporcionada a esta revista por el experto, el ciclo de terremotos→ →para las placas de Nazca y Sudamericana es de 50 años, tiempo en el que —calculan los entendidos— se acumula la suficiente energía para producir un sismo. Sin embargo este cálculo no es exacto y el tiempo puede ser mayor o menor, por eso mismo es imposible predecir un fenómeno de este tipo.

Datos estadísticos

Según los datos históricos del Instituto Geográfico Militar (IGM), los sismos que causaron mayores daños a la población y a la infraestructura en Bolivia son los que se registraron en Yacuiba (1887), Sucre (1948), Cochabamba (1943) y en Tinquipaya, Potosí (1970), con magnitudes entre 4.6 y 6.4 grados en la escala de Richter.

Aunque hubo movimientos telúricos de mayor→ →magnitud, estos no produjeron daños considerables, principalmente, porque el foco estaba a gran profundidad. Pero se tiene muy presente el de 6.8 grados que acabó con la vida de 75a personas y gteneró enormes pérdidas materiales en los municipios cochabambinos de Totora, Aiquile y Mizque, el 22 de mayo de 1998.

Quedaron afectados los sistemas de riego, atajados, caminos vecinales, escuelas, hospitales, servicios básicos y otros. Las obras de reconstrucción costaron aproximadamente 4,5 millones de dólares, tomando en cuenta la infraestructura social y económico productiva (viviendas urbanas, rurales, edificios públicos, escuelas, servicios básicos, hospitales, centros culturales e instituciones privadas).

“Ocurre que cuando se produce un plano de falla, es decir, un lugar donde ocurrió un sismo, es muy probable que un nuevo movimiento se dé en el mismo lugar.

Un claro ejemplo es la población de Aiquile, que tuvo sismos en 1925, 1958, 1976 y, el más reciente, en 1998”, precisa Barrera.

En el caso de Sucre, el más antiguo de los terremotos contabilizados data de 1650, cuando uno destruyó la bóveda de la Catedral Metropolitana construida por los españoles. El otro que suele recordarse cada tanto en la capital fue de 6.5 grados en la escala de Richter y ocurrió el 27 de marzo de 1948.

Refiriéndose al movimiento ocurrido en dichas poblaciones de Cochabamba, “es probable que este sismo haya disipado en parte la presión en las placas y esto esté retrasando el sismo en Sucre. Sin embargo, en 2013, el Observatorio San Calixto advirtió que es muy probable que en la zona de Sucre y Potosí se produzca un sismo de magnitud en los próximos años”, recuerda a ECOS Barrera.

Consciente de esta amenaza, dicho observatorio ofreció en 2013 dotar a Sucre de tres sismógrafos, algo que no se hizo efectivo hasta la fecha por diferentes motivos, entre ellos, que recién tuviera una Unidad de Gestión de Riesgos.

En cuanto a Potosí, por datos de San Calixto, la región de los Lípez se caracteriza por presentar temblores casi a diario, aunque son profundos y de baja magnitud, prácticamente imperceptibles.

Se cree que “la energía se estaría disipando en esa zona. Todas las ciudades capitales deberían tener un plan de contingencia para sismos”, enfatiza Barrera. •

Factores de vulnerabilidad ante los sismos

La ausencia de familiaridad con el riesgo sísmico en zonas expuestas a esta amenaza, debido a su baja periodicidad, hacen que este sea un factor adicional de vulnerabilidad, pues frecuentemente las acciones de mitigación en el país se centran en amenazas de origen climático.

El terremoto de Aiquile, en 1998, puso en evidencia la vulnerabilidad de las edificaciones coloniales, que se construyeron con muros de adobe, techos con tejas y una gruesa capa de barro sobre cañahueca. Casi todo se desplomó fácilmente.

En el caso de Sucre, hay construcciones de estilo colonial en todo el centro histórico, donde funcionan centros educativos, bancos, instituciones estatales y privadas, etc. En esta zona, por el carácter patrimonial de la ciudad, solo se permitió el cambio de techos.

Además, se sabe que las principales calles y avenidas del centro histórico de la capital se asientan sobre túneles y bóvedas, por donde circulan las aguas residuales. Fueron construidas con mampostería de piedra que se mantiene hasta hoy.

Encuesta revela total desconocimiento sobre prevención

Un sondeo de opinión realizado por Barrera para el Proyecto HIP ECHO “KALLPACHASPA”, de Plan Internacional Bolivia dejó al descubierto que autoridades y habitantes de los municipios de Sucre, Aiquile y Mizque tienen un total desconocimiento sobre medidas de preparación y mitigación ante una eventual amenaza sísmica.

Las autoridades locales entrevistadas reportaron que su principal preocupación son los fenómenos hidrometeorológicos.

Funcionarios y técnicos municipales coincidieron en la necesidad de recibir apoyo para ampliar su conocimiento específico acerca de esta amenaza, de tal manera de contar con herramientas y metodologías de preparación adecuadas como, por ejemplo, planes de contingencia y simulacro.

“Por todo esto es importante emprender acciones de fortalecimiento de capacidades ante desastres, incluyendo el desarrollo de herramientas y la realización de simulacros”, agrega Barrera.

Luego, refiriéndose en concreto a Sucre, dice: “Esta actividad es de capital importancia en el municipio, ya que se encuentra expuesto a amenaza sísmica y existe un desconocimiento generalizado sobre medidas de preparación ante este evento”.

Unidad Integrada Municipal de Gestión de Riesgos

Desde el año pasado, el cuerpo de funcionarios de la Unidad Integrada Municipal de Gestión de Riesgos de la Alcaldía de Sucre se reúne para atender emergencias preventivas y de reacción inmediata, según informa a ECOS su responsable, Jaime Daza.

Actualmente, el objetivo de esa instancia es crear un plan de contingencia sobre sismos en Sucre, para lo cual aprovechan la experiencia del Consorcio de Agencias Humanitarias en Bolivia. Este les capacita realizando un cronograma de actividades que comenzó en agosto de 2016 y se extenderá hasta septiembre.

Según Daza, el plan está en plena elaboración y será presentado al Concejo Municipal de manera oficial dentro de unos 30 días por el alcalde Iván Arciénega.

Colegios y juntas vecinales

Se espera que, luego de ser revisado y aprobado para su ejecución, habrá un proceso de socialización en la ciudad. Entretanto, un total de 20 colegios han sido seleccionados por la Dirección Distrital de Educación para que se beneficien con capacitación y simulacros en varios escenarios, con protocolos de seguridad y procedimientos de rescate.

“Es importante concienciar y capacitar a los niños sobre este tema para que puedan replicar en sus casas. Son 20 unidades educativas modelo donde se trabajará con los planes de seguridad escolar creados por el Ministerio de Educación; luego, la Alcaldía continuará el trabajo con las demás unidades educativas. Debemos reforzar el análisis de vulnerabilidad, estar bien preparados frente a una posible amenaza sísmica”, explica Daza a ECOS.

El encargado de Planificación Estratégica Integral de Gestión de Riesgos, Eduardo Alfaro, acota que se procederá siguiendo el nuevo currículo educativo: cada establecimiento tendrá su plan de evacuación y su punto de encuentro. “La capacitación es clave”, remarca él.

Por otra parte, con las juntas vecinales esperan identificar un mapa de riesgos y vulnerabilidades en los barrios de la ciudad, analizando qué tipo de instituciones se debe proteger con prioridad. Por ejemplo, los hospitales.

El Concejo y la población

En la Unidad de Gestión de Riesgos dicen que, para poder llevar adelante este proyecto, será importante que el Concejo Municipal apruebe las normas lo antes posible.

La población también deberá participar en todas las actividades programadas: asistir a las ferias de primeros auxilios, de seguros de vida, o a los talleres de capacitación para afrontar un evento de gran magnitud.

“El funcionario público es pasajero, queremos dejar proyectos y documentos hechos para que se den continuidad. Antes, no existía la Unidad de Riesgos”, añade Daza.

Víctor Hugo Pérez, responsable de la Unidad Integrada Municipal de Gestión de Riesgos, manifiesta que es importante inculcar una cultura de prevención en la gente. Recuerda que en la Feria Aeronáutica, en la Feria Navideña y en la recién pasada Virtual Educa, involucraron a la población en temas de prevención y protocolos sobre cómo evacuar a las personas.

Pérez adelanta que de la misma forma se procederá en actividades deportivas masivas, como partidos de fútbol, donde a veces ocurren avalanchas.

La comunicadora de la Unidad de Gestión de Riesgos, Yelcy Borda, complementa la información señalando que se socializará este tema a través de diferentes medios de comunicación, para que la ciudadanía sepa cómo reaccionar ante un sismo.

Para finalizar, Barrero reflexiona indicando que “el consorcio invirtió mucho tiempo en la capacitación del personal, seis meses. Dejaremos una unidad bastante consolidada, con un equipo integral interesante y dinámico, con roles y responsabilidades designadas.

Sería muy positivo que este personal se institucionalice, como en La Paz o Cochabamba, donde, a pesar de los cambios de Gobierno, el equipo permanece trabajando desde hace varios años. Con la rotación de personal, todo el conocimiento que costó tanto adquirir se desperdicia, y la que pierde no es la Alcaldía sino Sucre”.

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