jueves, 21 de enero de 2016

Adrián Rodríguez: “En el aspecto sísmico en Bolivia somos Haití”

Adrián Rodríguez Marek es un ingeniero geotécnico y especialista en sísmica con una amplia trayectoria en investigación y docencia. Al salir del colegio La Salle, se marchó a Estados Unidos a cursar sus estudios en ingeniería civil para después especializarse en geotecnia y sísmica. Hoy es profesor de la Universidad de Virginia Tech, investigador, consultor y, por si fuera poco, es presidente del Comité de Ingeniería Sísmica del Colegio de Geotécnicos de Estados Unidos. La semana anterior, aprovechando su estadía en Tarija, ofreció una mesa redonda en la Universidad Católica Boliviana para conversar y debatir sobre la necesidad de prestar atención a los estudios de suelo antes de realizar cualquier construcción. En el coloquio participaron miembros de la Sociedad de Ingenieros de Bolivia y personal de la Gobernación y de la Alcaldía de Tarija además de estudiantes.
Desde El País eN nos servimos también de su estadía en Tarija para conocer su visión sobre estos aspectos y otros como la sísmica. En Bolivia, explica el experto, que ha trabajado en proyectos en Sudáfrica y que en breve empezará un estudio de tres años en España sobre el riesgo de movimientos sísmicos en el entorno de las centrales nucleares, se trabaja muy poco el aspecto sísmico y existen “muchas deficiencias” en el diseño de infraestructuras que puedan resistir a posibles terremotos.
“Nosotros estamos mucho más cerca de Haití que de Chile, de hecho en el plano sísmico en Bolivia somos Haití. No se hace diseño antisísmico, no se diseña para cargas laterales. En La Paz ni siquiera se diseña para viento. Los últimos estudios se han hecho en los 70, en sismología no consideramos al día algo que se ha hecho hace dos años pues imagínate de los años 70. Hay mucho por hacer en el área sísmica”, apunta Rodríguez desde una céntrica cafetería Tarijeña.
En los últimos años Chile y Haití sufrieron terremotos de gran magnitud, sin embargo, los efectos no fueron los mismos en uno y en otro país. Mientras que en Haití el sismo dejó un país completamente destruido y más de 220.000 muertos, en Chile perdieron la vida medio millar de personas debido a las condiciones y preparación sismológica del país vecino. Es por eso que el experto considera que las condiciones de preparación frente a un sismo en Bolivia están mucho más cerca de Haití que de Chile.
Es tan poco el trabajo que se realizan en este campo, puntualiza, que cuando hubo un terremoto en el sur de Perú en 2003 hubo edificios en La Paz que llegaron a rajarse a pesar de que la magnitud de la sacudida fue mínima en La Paz y en teoría no debería haberse sentido.
“Eso apunta a que hay muchas deficiencias en el diseño sísmico. Se ha hecho un código antisísmico en 2007, creo que la parte estructura esta buena pero la parte de análisis sismológico lamentablemente no estaba al día. En Bolivia, que yo sepa, no se han hecho esos estudios de carga sísmica. El observatorio San Calixto recopila informaciones de sismos entonces se sabe más o menos donde ha habido sismos pero es necesario un estudio para saber donde hay fallas. En Bolivia se sabe de algunas fallas puntuales como en la ciudad de El Alto o en Yacuiba, que tiene un potencial sismo alto y que también puede afectar a la ciudad de Tarija”.
No obstante, el ingeniero tarijeño asegura que para hablar de estos temas hay que tener “mucho cuidado” en no ser alarmistas y ver al detalle cómo se está trabajando en la parte sísmica y cómo se está aplicando el Código Antisísmico.
“Digo que hay que tener cuidado de no ser alarmistas porque si ponemos el caso de Tarija, en el departamento hay tantas deficiencias, por lo que he aprendido en la mesa redonda, que primero hay que preocuparse de hacer bien los diseños básicos para después preocuparse por los diseños sísmicos”, advierte con prudencia.
Y es que no en vano, en Tarija los estudios de los suelos para hacer edificaciones y otra infraestructuras son prácticamente nulos lo que supone problemas a futuro y sobrecostos en la construcción.

Estudios de suelo
Los estudios de suelo y fundaciones fueron el tema principal de la mesa redonda en la que participó Rodríguez, unos trabajos a los que, según las intervenciones de los distintos actores que intervinieron en el coloquio, no se presta atención por la falta de normativa que obligue a realizar los estudios correspondientes. ¿Pero qué es la geotecnia exactamente y en qué consisten los estudios de fundaciones?
“Al ingeniero geotécnico le corresponde el diseño de las fundaciones cimentaciones de todas las estructuras. Yo a mis alumnos les digo que no existen estructuras que no tengan una fundación. En Estados Unidos hay muchos puentes flotantes que también tienen una fundación porque el puente está anclado al agua sino flotaría de un lado a otro. La pista de un aeropuerto también requiere de una fundación que tiene que estar diseñada por un ingeniero geotécnico”, explica mientras da vueltas a la cucharilla del café con leche.
La geotecnia tiende a ignorarse porque no se ve a diferencia de la infraestructura que es lo que se percibe a simple vista. “Nunca ves la fundación y nunca sabes si está bien o no. En todas partes del mundo se da más importancia a la parte estructural que a la parte geotécnica, sin embargo, si no hay un buen diseño de fundaciones el edificio tiene problemas. En otras partes se ha aprendido eso a través de fallas y problemas que ha habido con el edificio entonces se necesita al ingeniero geotécnico en la construcción de un proyecto”.
En Tarija, a juicio de los expertos, se suele prescindir de este tipo de estudios debido a que se encarecen los costos de construcción y además no existe una normativa que obligue a realizar un estudio del suelo en el que se va edificar. Una situación que para Rodríguez supone que esos costos puedan superarse con creces en un futuro y que además se produzcan sobrecostos en la construcción.
“Las fundaciones tienen que hacerse con un diseño adecuado, y el diseño pasa por un conocimiento del subsuelo y aquí no se hace eso. No sé por qué no se está haciendo porque no conozco el medio. Cuando hemos estado en la mesa redonda nadie parecía discutir la necesidad de estos estudios. Todos apuntaban a que es muy difícil convencer al cliente de que hay que hacer un estudio adicional geotécnico para evitar problemas posteriores. Muchos piensan que si la casa de al lado la han hecho con una zanja para que voy a gastar más plata si basta con hacer una zanjita”, destaca.
Los edificios más grandes pasan las cargas a estratos mucho más profundos por lo que si tienes un edificio de una planta de 10 por 10 metros se hace una cimentación en losa, la carga pasa a estratos que pueden ser de hasta 10 metros de profundidad. “Entonces no basta con hacer una zanja de dos metros y además como esos edificios tienen muchos problemas si una zona se asienta más que la otra. En otros lugares del mundo hay reglas. Aquí los ingenieros tienen problemas para convencer al cliente de que hay que pagar para esas perforaciones”, matiza.
El no hacer un estudio de fundaciones significa para el experto que en primer lugar, si no se tiene ni idea del suelo que se tiene se sobredimensiona la estructura y se hacen unas cimentaciones enormes para asegurarse que no vaya haber problemas lo que supone un costo mucho mayor.
“En segundo lugar, supone que aparezcan problemas. El sobredimensionamiento evita algunos problemas pero si por ejemplo hay una capa de arcilla puede provocar en un futuro que haya asentamientos o que las puertas no cierren o también grietas en las paredes. Es necesario hacer una inversión inicial más fuerte con el estudio de fundaciones para evitar problemas. En otros lugares este dilema no existe. Porque, por ejemplo, un día cerrado de un centro comercial vale mucha plata”.
Sin embargo, la impresión de la mesa redonda con la que se vuelve el ingenierio tarijeño a Estados Unidos es positiva ya que considera que la recepción por parte de los participantes fue buena y hubo consenso en que en Tarija se debería mejorar y evolucionar en este ámbito.
Del coloquio destaca algunos aspectos que se trataron en torno a los sobrecostos de las construcciones por falta de estudios de fundaciones. “Carlos Rodríguez, un ingeniero con mucha experiencia y dueño de una empresa constructora, señaló que en su opinión un 40 por ciento del sobrecosto de la obra pública en Bolivia es por fallas o deficiencias de los estudios geotécnicos. De ahí vienen los problemas con los puentes, carreteras… No sé en que está basado el dato, pero si fuera verídico seria un dato para tener bien en cuenta”.
Caminos e infraestructuras
Los estudios de suelo condicionan muchas veces el éxito o no de infraestructuras como caminos, puentes, coliseos. En Tarija, y en Bolivia, los problemas en carreteras y puentes suelen ser comunes y a menudo acaparan páginas de diarios y de informativos radiofónicos o audiovisuales. Estos problemas vienen acarreados la mayoría de las veces por la inexistencia de los estudios de fundaciones.
“En Tarija, los problemas en caminos son obvios. Si vas pasando El Valle hay una zona con derrumbes permanentes en donde el pavimento está destrozado, el camino a Bermejo se cierra todo el tiempo… los problemas son obvios. Los problemas pasan porque se ignora la geotécnica y se elige el camino más corto. El otro es una cuestión de filosofía de diseño que está encaminado en que es más barato arreglar cuando ocurre un deslizamiento que hacer un diseño adecuado. En Estados Unidos también se llega a la misma conclusión siempre y cuando se pueda asegurar que no hay riesgo de pérdida de vidas”, apunta.
Por tanto, esta falta de estudios origina también que los costos del proyecto se multipliquen debido a las constantes reparaciones y refaccionamientos, por lo que se considera importante que tanto las administraciones como la población vaya tomando consciencia sobre la necesidad de contemplar y evaluar los suelos antes de elaborar cualquier tipo de proyecto.

Falta investigación
Luego de una amplia conversación sobre caminos, suelos, estructuras y sismos, la conversación gira hacia la calidad de la docencia y las investigaciones en Bolivia. Rodríguez considera que en Bolivia todavía no se le ha dado la importancia suficiente a la investigación, algo crucial, opina no solo para el desarrollo de la docencia sino para el desarrollo de todo el país.
En Estados Unidos los docentes tenemos tres funciones: docencia, investigación y servicio público. El servicio público hace referencia a las publicaciones de investigaciones en revistas especializadas, elaboración de congresos, etc. Estas tres funciones son repartidas de la siguiente forma. Un 45 % del tiempo en docencia, un 45% en investigación y un 10 por ciento en servicio público”.
El ingeniero, aunque confiesa que no conoce al detalle la docencia en el país, piensa que falta mucho trabajo por hacer en el campo de la investigación puesto que la colaboración en congresos de los bolivianos es testimonial y las publicaciones en revistas especializadas prácticamente nulas.
“He organizado tres sesiones en Buenos Aires y si había contribuciones de Bolivia pero muy pocas. Si pasamos al plano de las publicaciones en revistas científicas nunca he visto una que haya salido de una universidad Boliviana. Eso muestra que falta investigación”, resalta como conclusión.
Es el último día de las vacaciones de Rodríguez en Tarija, ahora toca emprender el proyecto de estudios sísmicos en España. No se plantea volver a Tarija y a Bolivia en un futuro cercano aunque sí de vista ya que sus dos hijos mellizos de 11 años, aunque son estadounidenses, aman y disfrutan Tarija ya que se el ingeniero se ha encargado de que no pierdan sus raíces. Quizás en su próxima visita las administraciones hayan escuchado sus consejos y se encuentre con un panorama distinto en cuanto al estudio de suelos.

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