martes, 19 de abril de 2016

Salvan a vecino de Portoviejo tras una llamada

Su familia había perdido las esperanzas hasta que recibió una llamada. Con la ayuda de su teléfono móvil, Pablo Rafael Córdova Cañizares alertó que seguía con vida bajo una montaña de escombros, 40 horas después del desolador terremoto que hasta final de la tarde del 18 de abril del 2015 ya dejó 413 fallecidos. Pablo es el administrador del hotel El Gato, ubicado en la calle Pedro Gual, en el centro devastado de la capital manabita. El edificio, de nueve pisos, quedó en ruinas. Cinco huéspedes se encontraban en las habitaciones la noche de la tragedia y ya recuperaron los cuerpos de tres de ellos. Pablo sobrevivió milagrosamente. Equipos de rescate de las Fuerzas Armadas, provenientes desde Cuenca; y del Cuerpo de Bomberos de Bogotá (Colombia), participaron en el operativo. Cerca de las 16:20, los rescatistas pidieron silencio a la multitud, amontonada alrededor de la cinta amarilla de seguridad, junto a la ambulancia lista para atenderlo. Solo segundos después lo sacaron por un túnel de pedazos de cemento y fierros, en una camilla y con un collarín. Pablo alzó su mano izquierda en medio de los gritos y aplausos esperanzadores. Carlos Ceballos, uno de los rescatistas ecuatorianos, explicó que usaron varios equipos para estabilizar el suelo, una tarea difícil debido a las continuas réplicas.

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