WASHINGTON — Estados Unidos, la ONU, España y varios países latinoamericanos expresaron su pésame a Chile y ofrecieron ayuda tras el fuerte terremoto que azotó este sábado el centro-sur del país dejando al menos 147 muertos.
"Nuestros pensamientos y nuestras oraciones están con los chilenos y estamos listos para ayudarlos", afirmaba la Casa Blanca en un comunicado en el que afirmaba seguir "de cerca la situación, especialmente la posibilidad de un tsunami" en el territorio estadounidense en el océano Pacífico.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, presentó "sus condolencias a los que han perdido a miembros de su familia y a amigos", según un comunicado de su portavoz.
Asimismo, Ban trataba de comunicarse con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), cuya sede se encuentra en Santiago, para informarse de eventuales daños materiales y verificar si los miembros del personal de la ONU se encontraban bien. El organismo fue recientemente severamente afectado por el sismo del 12 de enero en Haití, en el que varios de sus funcionarios murieron en la tragedia.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, anunció que la Unión Europea movilizará una ayuda de tres millones de euros (cuatro millones de dólares) y dijo estar "profundamente consternado por el alcance de la devastación causada por el terremoto en Chile".
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que España está a "su disposición para ayudar en todo lo que necesite Chile a partir de ahora". El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, Gordon Brown, hicieron ofertas similares.
En Latinoamérica, se multiplicaron también las condolencias y las muestras de solidaridad. "Extendemos nuestra solidaridad en este momento de dolor y estamos al servicio del gobierno y pueblo chileno para lo que ese país necesite de nosotros", dijo el presidente peruano, Alan García. El mandatario decretó una jornada de duelo nacional el lunes y las banderas ondearán a media asta en los edificios públicos, instalaciones militares, bases, buques, locales policiales y demás dependencias del Estado en todo el territorio nacional.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, manifestó "su profunda preocupación" y se puso a disposición para ofrecer "la asistencia que sea necesaria", informó en una nota el ministerio de Exteriores. Lula pidió al Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia de la República y al ministerio de Relaciones Exteriores que realicen "una primera evaluación de la situación y de las medidas de asistencia que Brasil puede adoptar".
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, conversó con su par chilena, Michelle Bachelet y Rafael Correa, el presidente ecuatoriano, dijo que lo ocurrido era "una pena". "En el transcurso del día voy a tratar de comunicarme con (la mandataria chilena) Michelle Bachelet", dijo Correa, quien también ejerce la presidencia pro témpore de la Unión de Naciones Suramericanas (UNAUSR).
"El gobierno y el pueblo de la República Bolivariana de Venezuela manifiestan su más profundo pesar", señaló por su parte el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano en un comunicado en el que ofrecía "todos los medios humanos y materiales que puedan contribuir a salvar vidas humanas".
"Nuestros pensamientos y nuestras oraciones están con los chilenos y estamos listos para ayudarlos", afirmaba la Casa Blanca en un comunicado en el que afirmaba seguir "de cerca la situación, especialmente la posibilidad de un tsunami" en el territorio estadounidense en el océano Pacífico.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, presentó "sus condolencias a los que han perdido a miembros de su familia y a amigos", según un comunicado de su portavoz.
Asimismo, Ban trataba de comunicarse con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), cuya sede se encuentra en Santiago, para informarse de eventuales daños materiales y verificar si los miembros del personal de la ONU se encontraban bien. El organismo fue recientemente severamente afectado por el sismo del 12 de enero en Haití, en el que varios de sus funcionarios murieron en la tragedia.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, anunció que la Unión Europea movilizará una ayuda de tres millones de euros (cuatro millones de dólares) y dijo estar "profundamente consternado por el alcance de la devastación causada por el terremoto en Chile".
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que España está a "su disposición para ayudar en todo lo que necesite Chile a partir de ahora". El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, Gordon Brown, hicieron ofertas similares.
En Latinoamérica, se multiplicaron también las condolencias y las muestras de solidaridad. "Extendemos nuestra solidaridad en este momento de dolor y estamos al servicio del gobierno y pueblo chileno para lo que ese país necesite de nosotros", dijo el presidente peruano, Alan García. El mandatario decretó una jornada de duelo nacional el lunes y las banderas ondearán a media asta en los edificios públicos, instalaciones militares, bases, buques, locales policiales y demás dependencias del Estado en todo el territorio nacional.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, manifestó "su profunda preocupación" y se puso a disposición para ofrecer "la asistencia que sea necesaria", informó en una nota el ministerio de Exteriores. Lula pidió al Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia de la República y al ministerio de Relaciones Exteriores que realicen "una primera evaluación de la situación y de las medidas de asistencia que Brasil puede adoptar".
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, conversó con su par chilena, Michelle Bachelet y Rafael Correa, el presidente ecuatoriano, dijo que lo ocurrido era "una pena". "En el transcurso del día voy a tratar de comunicarme con (la mandataria chilena) Michelle Bachelet", dijo Correa, quien también ejerce la presidencia pro témpore de la Unión de Naciones Suramericanas (UNAUSR).
"El gobierno y el pueblo de la República Bolivariana de Venezuela manifiestan su más profundo pesar", señaló por su parte el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano en un comunicado en el que ofrecía "todos los medios humanos y materiales que puedan contribuir a salvar vidas humanas".
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