Santiago de Chile.- Uno de los terremotos más poderosos que haya sufrido Chile en su historia destruyó viviendas, derribó puentes y arrojó camiones a grietas en la tierra el sábado. Un maremoto generado por el sismo de 8,8 grados amenazaba a toda nación con costa sobre el Pacífico, una cuarta parte del planeta.
El presidente electo Sebastián Piñera dijo que tenía informes de al menos 122 muertos por el sismo, destacó AP.
La presidenta Michelle Bachelet declaró el estado de catástrofe en tres regiones centrales del país y pidió a la nación conservar la calma y evitar salir a las calles.
La presidenta sobrevoló la región de Maule y se disponía a hacer lo mismo sobre Concepción. Declaró que "se está haciendo una evaluación de los daños de las ciudades, la información del intendente de la región en las cuatro regiones hay compromisos de viviendas y edificios públicos".
La mandataria dijo que en Talca "todo el casco histórico con edificaciones antiguas, casas antiguas, (aparece) con daños muy importantes y otros sectores más nuevos pudieron soportar mejor la fuerza del terremoto", según comprobó desde el aire.
Varios hospitales han sido evacuados por los daños provocados por el sismo por lo que se está evaluando para habilitar la atención en lugares alternos u otras opciones, dijo Bachelet.
La presidenta dijo temprano que por el momento Chile no estaba pidiendo ayuda internacional.
En Talca, un pueblo a unos 105 kilómetros del epicentro, un testigo dijo que durante el terremoto "todo caía, los armarios y todo".
"Yo dormía con mi hijo Diego de 8 años y solo atiné a tapar su cabeza con una almohada... parecía como una gran turbulencia de avión", relató el periodista Roberto Candia.
El centro histórico del pueblo, con la mayoría de construcciones de adobe, cayó casi en su totalidad, aunque la mayoría de edificios albergan comercios que a estaban vacíos a las 3:34 de la madrugada cuando ocurrió el sismo. Lugareños habían sacado al menos a cinco personas de los escombros mientras socorristas desorientados pedían informes a los periodistas mismos.
Varias carreteras quedaron destruidas y los servicios de electricidad, agua y teléfonos no funcionaban en muchas áreas, lo que impedía conocer información de muertes o daños de regiones enteras.
En Santiago de Chile, a 325 kilómetros al nordeste del epicentro, media docena de vehículos yacían volcados sobre el asfalto porque el segundo piso de una autopista sobre la que circulaban se desplomó. El museo de Bellas Artes mostraba daños graves, y un edificio de apartamentos con un estacionamiento de dos pisos, al colapsar, aplastó unos 50 autos cuyas alarmas sonaban sin parar.
Julio Matus, guardia en un edificio en el centro de la capital, dijo que corrió afuera cuando comenzó el temblor "se podía ver el movimiento de los edificios. Tuve que sentarme en el suelo, porque no podía mantenerme en pie por el movimiento ondulante del pavimento".
Patricio Koronios, quien habita en el piso 17 de un edificio de 22 del centro de Santiago de Chile, dijo que con su hijo de 15 años evacuaron su departamento por las escaleras "en la obscuridad (por la falta de electricidad), con pedazos de cosas cayéndote encima... venía mucha gente a mi alrededor pero no los veía, solo los sentía gritar y abalanzarse".
También en el centro capitalino, una mujer de 92 años llamada Mariana fue evacuada en una camilla de los escombros de su casa después que permaneció dos horas atrapada. Patricio Vargas, quien habitaba en la misma casa dijo que "es increíble, no entiendo cómo estamos vivos... todas las cosas nos caían en la cabeza. Pero aquí estamos, vivos y con salud".
Pérez Yoma indicó que en el archipiélago de Juan Fernández sí "hubo una ola muy grande... que inundó la parte baja del pueblo" aunque declinó dar más detalles.
El intendente de Valparaíso, Iván de la Maza indicó que en Robinson Crusoe, una de las islas del archipiélago, sufrió un maremoto.
De la Maza añadió que el oleaje cubrió la mitad del poblado y hay tres desaparecidos. Un helicóptero, una fragata y una barcaza viajan hacia la isla para ayudar.
"El agua llegó en ondas y penetró unos tres kilómetros" reportó desde la isla el piloto Fernando Avaria que hace viajes entre el continente y la isla, quien se comunicó con una televisora local.
El Centro Geológico de Estados Unidos reportó que después del sismo de 90 segundos de duración ocurrieron 29 réplicas de magnitud 5 grados o más, incluso una de 6,9 grados. El epicentro se ubicó a 325 kilómetros al suroeste de Santiago y a una profundidad de 35 kilómetros a las 3:34 am.
El Centro de Alerta de Tsunami del Pacífico indicó que se emitieron alertas de maremoto en 53 países de Sudamérica, Hawai, Australia y Nueva Zelanda, Japón, Filipinas, Rusia y varias islas del Pacífico.
Diez horas después del terremoto, un tercio del Gran Santiago (que abarca la capital y localidades periféricas), donde vive 40% de los 17 millones de chilenos, estaba sin luz, la mayoría de semáforos apagados, el subterráneo no funciona y prácticamente no hay transporte publico.
En Concepción, al sur de la capital, se vieron camiones caídos en grietas abiertas en la tierra, viviendas derrumbadas y edificios en llamas. Un edificio de 15 pisos en esa localidad colapsó, quedando solo tres pisos en pie.
"Yo estaba en el octavo piso, y de repente me encontré aquí", en la calle, relató Fernando Abarzua, quien dijo que un pariente al que no identificó "está todavía debajo de los escombros, pero está vivo y sigue gritando que está bien".
La televisión chilena mostró un puente que cruza el río Bío Bío en Concepción derrumbado.
El ministro de interior calificó el terremoto como "devastador", pero la presidenta aclaró que "el sistema está funcionado. La gente debe permanecer en calma. Nosotros estamos haciendo todo lo que podemos con todas las fuerzas que tenemos. Cualquier información se las compartiremos de inmediato".
El ministro de Transportes y Telecomunicaciones René Cortázar pidió a los chilenos hacer llamadas telefónicas y viajes solo cuando sea "absolutamente necesario". Dijo que las líneas terrestres y celulares han sido afectadas gravemente.
La ministra de Educación, Mónica Jiménez, informó que el inicio de clases después de las vacaciones de verano, programado para el lunes, ha sido aplazado para el 8 de marzo en las regiones declaradas en catástrofe, porque deben reparar los edificios escolares afectados.
El presidente electo, que asume el poder el 11 de marzo, expresó que hay "pérdidas muy importantes en materia de infraestructura, caminos, aeropuertos".
"Quiero comprometer la total ayuda y compromiso del equipo del futuro gobierno con el actual gobierno de la presidenta Bachelet... es una ocasión en que Chile tiene que unirse para ayudar a víctimas, a familiares de las personas que han perdido la vida, ayudar y reconstruir lo que se ha destruido".
El aeropuerto internacional de Santiago estaba cerrado y permanecerá así por lo menos 72 horas porque la terminal de pasajeros sufrió daños de consideración, dijo el director del mismo Eduardo del Canto a la televisión local.
Para el domingo se esperaba el regreso de decenas de miles de vacacionistas de las playas y balnearios, pero el ministro de interior les pidió permanecer en esos sitios hasta que ``les podamos informar que los desvíos están en mejores condiciones'', debido a que la ruta Panamericana presenta derrumbes de estructuras.
En Hawai sonaron sirenas para ordenar la evacuación dado que era inminente la llegada de un maremoto.
El director del Centro de Advertencia de Tsunamis del Pacífico Charles McCreery dijo que "tenemos una ventaja temporal razonable, deberíamos poder alertar a todos en las zonas de peligro".
La advertencia de tsunami regía para los países con costa en el Pacífico.
El terremoto más fuerte que se ha registrado en la misma zona de Chile ocurrió en 1960. El terremoto de magnitud de 9,5 cobró 1.655 vidas y dejó a dos millones de personas sin hogar. El tsunami que provocó ese terremoto llevó a muertes incluso en Hawaii, Japón y Filipinas y causó daños a la costa oeste de Estados Unidos.
El presidente electo Sebastián Piñera dijo que tenía informes de al menos 122 muertos por el sismo, destacó AP.
La presidenta Michelle Bachelet declaró el estado de catástrofe en tres regiones centrales del país y pidió a la nación conservar la calma y evitar salir a las calles.
La presidenta sobrevoló la región de Maule y se disponía a hacer lo mismo sobre Concepción. Declaró que "se está haciendo una evaluación de los daños de las ciudades, la información del intendente de la región en las cuatro regiones hay compromisos de viviendas y edificios públicos".
La mandataria dijo que en Talca "todo el casco histórico con edificaciones antiguas, casas antiguas, (aparece) con daños muy importantes y otros sectores más nuevos pudieron soportar mejor la fuerza del terremoto", según comprobó desde el aire.
Varios hospitales han sido evacuados por los daños provocados por el sismo por lo que se está evaluando para habilitar la atención en lugares alternos u otras opciones, dijo Bachelet.
La presidenta dijo temprano que por el momento Chile no estaba pidiendo ayuda internacional.
En Talca, un pueblo a unos 105 kilómetros del epicentro, un testigo dijo que durante el terremoto "todo caía, los armarios y todo".
"Yo dormía con mi hijo Diego de 8 años y solo atiné a tapar su cabeza con una almohada... parecía como una gran turbulencia de avión", relató el periodista Roberto Candia.
El centro histórico del pueblo, con la mayoría de construcciones de adobe, cayó casi en su totalidad, aunque la mayoría de edificios albergan comercios que a estaban vacíos a las 3:34 de la madrugada cuando ocurrió el sismo. Lugareños habían sacado al menos a cinco personas de los escombros mientras socorristas desorientados pedían informes a los periodistas mismos.
Varias carreteras quedaron destruidas y los servicios de electricidad, agua y teléfonos no funcionaban en muchas áreas, lo que impedía conocer información de muertes o daños de regiones enteras.
En Santiago de Chile, a 325 kilómetros al nordeste del epicentro, media docena de vehículos yacían volcados sobre el asfalto porque el segundo piso de una autopista sobre la que circulaban se desplomó. El museo de Bellas Artes mostraba daños graves, y un edificio de apartamentos con un estacionamiento de dos pisos, al colapsar, aplastó unos 50 autos cuyas alarmas sonaban sin parar.
Julio Matus, guardia en un edificio en el centro de la capital, dijo que corrió afuera cuando comenzó el temblor "se podía ver el movimiento de los edificios. Tuve que sentarme en el suelo, porque no podía mantenerme en pie por el movimiento ondulante del pavimento".
Patricio Koronios, quien habita en el piso 17 de un edificio de 22 del centro de Santiago de Chile, dijo que con su hijo de 15 años evacuaron su departamento por las escaleras "en la obscuridad (por la falta de electricidad), con pedazos de cosas cayéndote encima... venía mucha gente a mi alrededor pero no los veía, solo los sentía gritar y abalanzarse".
También en el centro capitalino, una mujer de 92 años llamada Mariana fue evacuada en una camilla de los escombros de su casa después que permaneció dos horas atrapada. Patricio Vargas, quien habitaba en la misma casa dijo que "es increíble, no entiendo cómo estamos vivos... todas las cosas nos caían en la cabeza. Pero aquí estamos, vivos y con salud".
Pérez Yoma indicó que en el archipiélago de Juan Fernández sí "hubo una ola muy grande... que inundó la parte baja del pueblo" aunque declinó dar más detalles.
El intendente de Valparaíso, Iván de la Maza indicó que en Robinson Crusoe, una de las islas del archipiélago, sufrió un maremoto.
De la Maza añadió que el oleaje cubrió la mitad del poblado y hay tres desaparecidos. Un helicóptero, una fragata y una barcaza viajan hacia la isla para ayudar.
"El agua llegó en ondas y penetró unos tres kilómetros" reportó desde la isla el piloto Fernando Avaria que hace viajes entre el continente y la isla, quien se comunicó con una televisora local.
El Centro Geológico de Estados Unidos reportó que después del sismo de 90 segundos de duración ocurrieron 29 réplicas de magnitud 5 grados o más, incluso una de 6,9 grados. El epicentro se ubicó a 325 kilómetros al suroeste de Santiago y a una profundidad de 35 kilómetros a las 3:34 am.
El Centro de Alerta de Tsunami del Pacífico indicó que se emitieron alertas de maremoto en 53 países de Sudamérica, Hawai, Australia y Nueva Zelanda, Japón, Filipinas, Rusia y varias islas del Pacífico.
Diez horas después del terremoto, un tercio del Gran Santiago (que abarca la capital y localidades periféricas), donde vive 40% de los 17 millones de chilenos, estaba sin luz, la mayoría de semáforos apagados, el subterráneo no funciona y prácticamente no hay transporte publico.
En Concepción, al sur de la capital, se vieron camiones caídos en grietas abiertas en la tierra, viviendas derrumbadas y edificios en llamas. Un edificio de 15 pisos en esa localidad colapsó, quedando solo tres pisos en pie.
"Yo estaba en el octavo piso, y de repente me encontré aquí", en la calle, relató Fernando Abarzua, quien dijo que un pariente al que no identificó "está todavía debajo de los escombros, pero está vivo y sigue gritando que está bien".
La televisión chilena mostró un puente que cruza el río Bío Bío en Concepción derrumbado.
El ministro de interior calificó el terremoto como "devastador", pero la presidenta aclaró que "el sistema está funcionado. La gente debe permanecer en calma. Nosotros estamos haciendo todo lo que podemos con todas las fuerzas que tenemos. Cualquier información se las compartiremos de inmediato".
El ministro de Transportes y Telecomunicaciones René Cortázar pidió a los chilenos hacer llamadas telefónicas y viajes solo cuando sea "absolutamente necesario". Dijo que las líneas terrestres y celulares han sido afectadas gravemente.
La ministra de Educación, Mónica Jiménez, informó que el inicio de clases después de las vacaciones de verano, programado para el lunes, ha sido aplazado para el 8 de marzo en las regiones declaradas en catástrofe, porque deben reparar los edificios escolares afectados.
El presidente electo, que asume el poder el 11 de marzo, expresó que hay "pérdidas muy importantes en materia de infraestructura, caminos, aeropuertos".
"Quiero comprometer la total ayuda y compromiso del equipo del futuro gobierno con el actual gobierno de la presidenta Bachelet... es una ocasión en que Chile tiene que unirse para ayudar a víctimas, a familiares de las personas que han perdido la vida, ayudar y reconstruir lo que se ha destruido".
El aeropuerto internacional de Santiago estaba cerrado y permanecerá así por lo menos 72 horas porque la terminal de pasajeros sufrió daños de consideración, dijo el director del mismo Eduardo del Canto a la televisión local.
Para el domingo se esperaba el regreso de decenas de miles de vacacionistas de las playas y balnearios, pero el ministro de interior les pidió permanecer en esos sitios hasta que ``les podamos informar que los desvíos están en mejores condiciones'', debido a que la ruta Panamericana presenta derrumbes de estructuras.
En Hawai sonaron sirenas para ordenar la evacuación dado que era inminente la llegada de un maremoto.
El director del Centro de Advertencia de Tsunamis del Pacífico Charles McCreery dijo que "tenemos una ventaja temporal razonable, deberíamos poder alertar a todos en las zonas de peligro".
La advertencia de tsunami regía para los países con costa en el Pacífico.
El terremoto más fuerte que se ha registrado en la misma zona de Chile ocurrió en 1960. El terremoto de magnitud de 9,5 cobró 1.655 vidas y dejó a dos millones de personas sin hogar. El tsunami que provocó ese terremoto llevó a muertes incluso en Hawaii, Japón y Filipinas y causó daños a la costa oeste de Estados Unidos.
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