El Arzobispo participó en un encuentro con estudiantes haitianos de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) en Santiago, norte de la República Dominicana, donde abogó por la reconstrucción “digna y humana” de Haití.
Kebreau rechazó que el sismo que afectó a su país haya sido un castigo de Dios, como han comentado algunas personas.
Al contrario, argumentó, el sacerdote que el sismo promoverá un cambio de mentalidad del pueblo de la isla y contribuirá a que los “haitianos reflexionemos sobre el sentido de la vida”.
Según Kebreau, la magnitud de los daños causados por el sismo fue mayor porque Puerto Príncipe estaba construida para acoger a 100.000 habitantes, pero que, al momento de la catástrofe, en la ciudad vivían más de tres millones de personas en medio de construcciones anárquicas y sin plan de desarrollo.
Asimismo, destacó las manifestaciones de unidad y solidaridad con su país, tras el desastre. Kebreau agradeció el respaldo y la ayuda que ha brindado la República Dominicana a esta nación después del suceso. Santiago (Rep. Dom.), EFE
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