domingo, 20 de marzo de 2011

DESASTRE EN JAPÓN Controlan los reactores

El Gobierno de Japón aseguró que hay avances en el control de la central nuclear de Fukushima, en medio de la alarma por las consecuencias del desastre tras detectarse radiación en agua y alimentos de la zona.

Los controles sobre los productos agrícolas de la región revelaron ayer altos niveles de radiación en leche de Fukushima y varios tipos de espinacas, aunque, según el Gobierno, “no suponen un riesgo inmediato”.

Además, fuentes oficiales citadas por la agencia local Kyodo informaban que se había detectado yodo radioactivo por encima de los niveles permitidos en el agua corriente de Fukushima, donde se mantiene evacuado un radio de 20 kilómetros en torno a la central.

El ministro portavoz, Yukio Edano, dijo que los niveles de contaminación detectados en la leche y las espinacas no suponen riesgo sanitario; en el último caso –aseguró– el impacto de consumir estas verduras durante un año equivaldría al de una radiografía.

Asimismo, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) dijo ayer en Viena que las radiaciones en Tokio están “bien por debajo del límite” a partir del que resultan perjudiciales para la salud humana.

El portavoz del OIEA, Graham Andrew, dijo que las mediciones que hizo el equipo del organismo revelaron ligeros aumentos de radioactividad, pero a niveles inocuos.

Edano también aseguró que el Ejecutivo tomará las medidas adecuadas, sin descartar posibles limitaciones en la distribución de productos de la zona.

También se detectaron rastros de yodo radioactivo en el agua corriente de lugares más alejados de la central nuclear, incluida la capital, Tokio.

Control de reactores

Mientras prosiguen las mediciones de radiación en la zona, los esfuerzos por controlar la situación en la central dieron algunos resultados ayer, como el restablecimiento de los sistemas de refrigeración de dos de sus reactores, el 5 y el 6.

Por tercer día consecutivo, buena parte de los trabajos se centraron en la inestable unidad 3, que utiliza como combustible una peligrosa mezcla de uranio y plutonio.

Un vehículo controlado a distancia se situó frente a esa unidad y bombeó durante siete horas, con un cañón de 22 metros de altura, más de mil litros de agua sobre la piscina de combustible utilizado, que tras la explosión que sacudió el pasado martes esa unidad se encuentra bajo escombros.

El Gobierno aseguró a través de su portavoz que la operación fue aparentemente exitosa y consideró que la situación actual de la planta es “más estable” que los días anteriores.

A las operaciones de vertido masivo de agua, sin precedentes en Japón, se unieron ayer los esfuerzos por devolver la electricidad a la planta y restaurar así su sistema de refrigeración en las unidades 1, 2, 3 y 4.

Los trabajadores de Tokyo Electric Power (Tepco), la empresa que opera la central, lograron extender cables eléctricos hasta los reactores 1 y 2 pese a los altos niveles de radiactividad, aunque aún se desconoce si los motores de refrigeración quedaron afectados por la ola del tsunami. Según Tepco, en caso de que funcionasen, el suministro eléctrico se reanudaría a partir de hoy, y por el momento sólo en la unidad 2.

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