viernes, 18 de marzo de 2011

Descendientes ya piensan en el pronto retorno

Las familias de los descendientes nipones que llegan hasta el Centro Cultural Boliviano Japonés de Riberalta comentan que sus parientes piensan en retornar, porque después de la catástrofe del tsunami y del terremoto creen que la economía no será la misma, porque en este momento algunas fábricas ya han cerrado sus puertas.
Verónica Robledo llegó hasta el centro a proporcionar los datos de su hermana que se encuentra en Kanagawa Ken. Ella entregó todos los detalles de la dirección para que ante cualquier programa que se consiga para retornar al país o ayudar a los bolivianos pueda favorecer a su familiar.
Según la secretaria de este centro, Aidee Takesako, allí llegan los familiares y relatan los testimonios que le cuentan de lo que están viviendo allá. La falta de agua y la escasez alimenticia, pero es casi unánime el deseo de retornar a Bolivia.
Otras personas, como Sheila Abaroma Uechi, estaba convenciendo a su marido para que migren a Japón, junto a sus dos hijos. Ella ya estuvo allá varios años, pero se vino a Riberalta y nuevamente quería retornar; sin embargo, después de esta tragedia todo ese deseo quedó estancado porque cree que la situación de ese país empeorará.
En Japón están sus dos hermanas, Deisy y Virginia, que en este momento se están recuperando de la tragedia, por eso sus padres les piden que vuelvan de una vez, pero, al igual que muchos otros riberalteños, se han encontrado que las agencias de viaje no atienden o tienen sus espacios totalmente copados.
Su hermana Deisy todavía no se recupera de lo que sucedió el viernes, cuando las olas del mar arrastraron con todo lo que está a su paso.
Ella vivía en Fukushima y cuando sucedió el tsunami estaba en la fábrica donde trabajaba y observó por la ventana cómo el agua se llevaba todo lo que encontraban por delante. Frente a ese panorama, lo único que cruzó por su mente fue buscar la forma de escapar. Según lo que relató a su hermana Sheila, corrió hasta que se encontró con un auto que la llevó hasta más allá y luego la dejó y volvió a llevar a otros. Recuerda que en medio de la desesperación hubo personas que se arriesgaron a ayudar a los que estaban escapando, ponían a disposición sus vehículos y salieron con lo que tenían en el cuerpo, no llevaron nada de sus pertenencias. De hecho, ella logró salvarse sólo con el uniforme del trabajo y se fue a Nanano, donde vive su hermana Virginia. No sabe qué ha pasado con sus cosas y hasta el momento no se recupera del susto, porque llora desconsoladamente y tiembla al recordar lo que vivió.
Por el momento se comunica poco, porque no quiere hablar, no sale del asombro de haber podido escapar de ese trance. Su hijo vive en Cochabamba y se comunica con ella a través de Internet, porque las comunicaciones están muy mal.
Aunque muchas familias no pueden precisar los nombres de los bolivianos que se encuentran desaparecidos, aseguran que hay algunos, porque no han podido comunicarse con sus familiares, pero no saben si es porque se encuentran aislados en algún refugio o porque la comunicación es mala.
Los que tienen hijos pequeños son los que más quieren salir de Japón, porque temen que les afecte la radiación, pero siguen a la espera de alguna ayuda que les permita retornar al país.
Todos cuentan a sus familiares que la escasez de alimentos es lo que más los está afectando, porque la gente se abastece para varios días y también hay mucha incertidumbre, por lo que prefieren tomar previsiones. Algunos bolivianos no han estado en los lugares afectados, pero también están preocupados porque no saben qué es lo que les depara el futuro.

Diplomacia

Teléfonos. Dos números de teléfono fueron puestos a disposición de los migrantes bolivianos en las afueras de lo que era la embajada de Bolivia en Japón, informó la directora de comunicación de la cancillería, Consuelo Ponce. Según el informe, los dos números habilitados son el 080-3006-3679 y el 080-3568-1978. Ambos números están destinados para atender las necesidades de los compatriotas. La dirección de la embajada boliviana en Tokio es: N° 38 Kowa Building. Room 804, Nishi-Azabu 4-12-24; Minato-ku, Tokyo 106-0031.

Desaparecidos. La embajada de Bolivia en Japón difundió una lista de cinco residentes bolivianos que presumiblemente están desaparecidos desde el día del terremoto. Los bolivianos reportados como presuntos desaparecidos son Freddy Ángel Soria Céspedes, María Margarita Foster Tejada, Rubén Edwin Altamirano Araoz, Selva Ikeda Parada y su hija Mia Suzuki. Los nombres de estas personas pasaron a la división de ‘extranjeros desaparecidos’ en la cancillería nipona.

Vuelo. Según la cancillería, por el momento es imposible programar el viaje de un avión para traer al país a residentes bolivianos afectados por el desastre nipón, porque no se han presentado personas solicitando abandonar ese país. Aunque un vuelo chárter no está descartado, el paso previo es el contacto que deben hacer los ciudadanos bolivianos interesados en retornar al país, sean legales o ilegales, con la representación diplomática en Tokio.

“Gracias a Dios están todos bien”
Julio Satunaka y su esposa, Rumilda Socoré, tienen ocho hijos (cuatro varones y cuatro mujeres) trabajando en Japón. Cuando sucedió la tragedia, dos de ellos fueron evacuados a un refugio y perdieron la comunicación con su familia, pero retornaron a sus viviendas cuando los temblores bajaron de intensidad.
La pareja está pendiente de la ayuda que puedan recibir del Gobierno boliviano.
Sus hijos, para detallarles lo sucedido en Japón, les mandaron un mapa en el que se especifica dónde se encuentra cada uno de ellos y qué tan distante están del lugar del desastre. “Gracias a Dios todos están bien”, dijo Satunaka.
“Cuando supimos la noticia, mi esposa se fue a la iglesia a rezar por ellos. Hemos pedido por los japoneses y por nuestros hijos”, concluyó el progenitor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario