El riesgo de catástrofe nuclear en Japón tras el terremoto ha desatado las alarmas en la comunidad internacional, que analiza el potencial de la amenaza mientras sigue enviando ayuda humanitaria y equipos de salvamento.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en contacto permanente con las autoridades japonesas, informará hoy al mundo de la situación, mientras la Unión Europea (UE) ha convocado una reunión urgente sobre seguridad nuclear.
Mientras hoy continuaban llegando a Japón equipos de socorro de países como México y Francia, los ministros europeos de Medio Ambiente mantenían una reunión informal previa a la convocada mañana por el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, con directores de las plantas nucleares, las compañías que las gestionan y las autoridades nacionales en materia de seguridad.
Según Oettinger, "el alcance de los acontecimientos en Japón es impredecible", una opinión respaldada hoy por el ministro de Energía galo, Eric Besson, para quien la situación en la central japonesa de Fukushima es "preocupante" y no se puede descartar "una catástrofe".
Francia es el segundo país del mundo detrás de Estados Unidos por la dimensión de su parque nuclear con 58 reactores en actividad que producen en torno al 80% de la electricidad y ayer el Gobierno aseguró que sacarán "conclusiones útiles" de lo ocurrido en Japón.
El primer ministro ruso, Vladímir Putin, aseguró, por su parte, que las averías de la centrales nucleares en Japón no constituyen una "amenaza global", ni suponen un peligro para el territorio ruso.
Según los expertos rusos, "no hay riesgo de que se produzca una explosión nuclear", dijo Putin, que añadió que mantienen la medición de radiación en las regiones del extremo oriente de Rusia, próximas a Japón, que permanecían hoy dentro de los rangos normales.
"No vamos a cambiar nuestros planes, pero, por supuesto, sacaremos conclusiones de lo que está ocurriendo en Japón", subrayó.
Mientras, el ministro austríaco de Medio Ambiente, Nikolaus Berlakovich, pidió pruebas de resistencia de las centrales nuclear europeas para revisar sus niveles de seguridad.
Además, el Gobierno alemán anunció que estudia la posibilidad de suspender temporalmente la ley recientemente aprobada para prolongar la vida de las centrales nucleares hasta 14 años a la espera de nuevos estudios, tras lo sucedido en Japón.
"Necesitamos un nuevo análisis de riesgos", dijo el vicecanciller federal y titular de Exteriores, el liberal Guido Westerwelle, quien subrayó que el Gobierno desea verificar minuciosamente la seguridad de cada una de las 17 plantas atómicas en funcionamiento.
Suiza, por su parte, ha suspendido todos los procedimientos en curso para autorizar nuevas centrales nucleares mientras se examina la seguridad de las ya existentes, anunció hoy la ministra de Energía, Doris Leuthard.
Además, Taiwán y Singapur añadieron hoy una vertiente nueva a la discusión, al anunciar que examinarán el nivel de radiación en los alimentos procedentes de Japón, especialmente los frescos, para asegurarse de que no tienen niveles excesivos de radiación atómica.
La potencial amenaza quizá se pueda clarificar cuando el director general del OIEA, Yukiya Amano, informe hoy, en una rueda de prensa prevista en Viena a las 16.30 GMT, de la situación de las cuatro centrales nucleares en las que se han registrado incidentes.
Y mientras tanto, la comunidad internacional se vuelca en ayudar a Japón, donde las víctimas se cuentan por miles.
La comisaria europea para la Cooperación Internacional, Ayuda Humanitaria y Respuesta a Crisis, Kristalina Georgieva, aseguró hoy que la UE "no escatimará recursos" y que son 20 los estados miembros que ya han puesto a disposición asistencia "técnica".
"No estamos tanto ante un problema de dinero como de habilidades y capacidad técnica", dijo Georgieva, al explicar que la UE forma parte del equipo de la ONU que trabaja en coordinación con el Gobierno japonés en áreas como el rescate de supervivientes, la emergencia nuclear o la potabilización de agua.
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