sábado, 2 de abril de 2011

“Samuráis” de Fukushima están destinados a morir

Los 300 trabajadores, entre bomberos y personal (conocidos como “liquidadores” o “samuráis”), que desde el pasado 11 de marzo trabajan en turnos rotatorios de 50 para atajar la crisis de la central de Fukushima sólo "esperan morir" ante los altos niveles de radiación a los que han estado y están expuestos.

La madre de uno de estos “liquidadores” declaró al diario británico “The Daily Telegraph” que su hijo y el resto de trabajadores se han reunido y han discutido sobre su situación llegando a la conclusión de que su única posibilidad es la muerte. "Mi hijo y sus colegas han analizado detenidamente su situación y se han resignado a morir si es necesario a largo plazo", afirmó la mujer.

Además, una serie de mails, revelados por la prensa y que fueron enviados por los “liquidadores” a familiares y miembros de la empresa eléctrica Tepco revelan las extremas condiciones en las que se encuentran.

"Llorar es inútil. Si estamos en el infierno ahora todo lo que se puede hacer es trepar hasta el cielo. Por favor, tengan cuidado con la fuerza oculta de la energía nuclear. Me aseguraré de que vayamos a recuperarnos", registra uno de los correos.

"Llevamos en los trabajos de reparación desde que ocurrió el terremoto. La ciudad en la que vivo, Namie-machi, fue arrasada por el tsunami. Mis padres fueron arrastrados por el tsunami y aún no sé dónde están. Estoy encadenado en un trabajo extremadamente duro bajo estas condiciones mentales. ¡No puedo más!", se angustia otro empleado en Fukushima.

"Todo el mundo ha perdido todo -su casa, su trabajo, su escuela, sus amigos, sus familias. ¿Quién puede soportar esta realidad? Yo te ruego que compartas esta realidad con la gente dentro y fuera de la empresa", reza otro de los mails.

Mientras los conocidos en Japón como los “samuráis de Fukushima” temen por su vida, la empresa dueña de la central, Tepco, anunció que debido a la escasez de medidores con los que se cuenta en la central se decidió reducir el número de personas que trabajan en la planta.

Ante esta situación, la empresa anunció que "hasta que no haya uno para cada trabajador, van a reducir el número de ellos que trabajan en la planta".

Poca seguridad
En declaraciones a NHK, uno de los trabajadores que ya ha abandonado Fukushima afirmó que sólo hay uno o dos medidores por cada grupo de trabajo, con lo que no siempre puedes medir a cuánta radiación estás expuesto.

Así, sólo los jefes de las cuadrillas cuentan con un medidor, lo que aumenta el riesgo de exposición del resto de trabajadores. De hecho, unos 180 han tenido que trabajar sin esta máquina durante todo un día.

Los temores sobre posibles fugas en la planta aumentaron después de que se hallará restos de yodo radiactivo en el agua de mar en niveles que superan 4.385 veces el límite legal.

PREDISPOSICIÓN

Es el caso de un trabajador de mantenimiento de 31 años, que en una entrevista concedida a la BBC y que pidió reservar su nombre, dijo que estaría dispuesto a volver a la planta.


"Si fuera posible, me gustaría volver a trabajar allí. Pero no podemos hacer nada. Las personas que están trabajando allí son expertos de Tepco", afirmó.


Aún así, conociendo de primera mano los riesgos, este trabajador reconoce que volvería a trabajar la planta. Él y otros trabajadores quieren "ayudar a las personas”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario