En cinco provincias de la costa oriental del archipiélago nipón, más de 300 mil personas han sido evacuadas mientras se calcula que 3.400 edificios quedaron destruidos y se produjeron 200 incendios.
Ésta es sólo una muestra de las incalculables dimensiones del desastre en las regiones japonesas más afectadas.
En la provincia de Iwate, ciudades como la localidad costera de Rikuzen Taka, de 24.709 habitantes, prácticamente desaparecieron. “Más del 90% de las casas de tres localidades costeras han sido arrasadas por el tsunami. Si miro desde el cuarto piso del ayuntamiento, no veo casas en pie”, comentó un funcionario municipal.
La cadena de televisión NHK emite constantemente las impactantes imágenes de cómo el tsunami se llevó por delante edificios y coches y de cuando en cuando, una alerta de que otro temblor está a punto de suceder.
A las ocho y cuarenta y siete de la mañana de domingo, un temblor de 6,7 grados en la escala de Richter sacudió una extensa área, fue la última de las más de 150 réplicas que no han dejado de sacudir Japón desde el viernes.
El terremoto y el tsunami provocaron además la paralización temporal de numerosas actividades económicas, políticas, deportivas y sociales en Japón. La Dieta (Parlamento) no retomará su actividad el lunes, mientras los tres principales fabricantes de automóviles, entre ellas Toyota, han decidido paralizar la producción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario