Diversos especialistas afirman que sólo a través de la educación de las personas y normas sismo resistentes para la construcción de estructuras se podría atenuar y prevenir el riesgo de un posible sismo de alta magnitud en Cochabamba y en Bolivia.
Un experto en estructuras sismo resistentes y uno en gestión de riesgos coinciden en que la población de la ciudad de Cochabamba, ante un posible sismo de magnitud elevada, no estaría preparada para afrontar este tipo de contingencia.
El ingeniero estructural especializado en estructuras sismo resistentes, Arturo Osvaldo Antezana Moruno, considera que es necesaria la elaboración de normas sismo resistentes con respuesta de suelo que emulen a las que proporcionan países como Chile, Perú y Argentina.
“Si no tenemos datos de vibración, frecuencia y periodo de los suelos, no podemos calcular realmente una edificación que sea sismo resistente. Además son necesarios estudios profundos de geofísica”, señala Antezana.
De acuerdo a Antezana, el suelo de Cochabamba es arcilloso, ocasionando que la onda se magnifique llegando a zonas altas, que serían las más afectadas.
“Es necesario un espectro sísmico para la ciudad, entonces los cálculos ya no se harían por cargas equivalentes, sino por períodos y frecuencias de vibración suelo-estructura”, indicó Antezana.
Las dos variables mencionadas son las que necesitan desarmonizarse. El momento en el que armonizan es cuando entran en resonancia y caen las estructuras, añadió Antezana.
El esqueleto de la estructura debería pasar por una prueba de respuesta sísmica. Esto se realiza a través de un sistema de masas que le va dando la vibración al edificio a través de acelerógrafos y sismógrafos en las losas. De esta forma se ve el comportamiento ante un sismo que más o menos haya sido equivalente al que se produciría en ese lugar.
“Las losas no deben colapsar al primer momento de un sismo o terremoto, sino que deben aguantar el mayor tiempo posible para la evacuación de sus habitantes. Que sufran da- ños, pero no colapsen”, dice el presidente del Colegio de Ingenieros de Cochabamba, Édgar Armanza Ayala.
Armanza también indica que al momento de construir la infraestructura tiene que haber mayor control para aplicar las normas de construcción.
EDUCACIÓN Si bien se ha trabajado y mejorado en el tema de preparación, “no podríamos responder adecuadamente a un desastre de esta magnitud”, manifiesta el coordinador nacional del grupo de salvamento SAR-Bolivia, Mario Araníbar.
“Pequeños desastres naturales nos dejan por meses fuera de nuestra vida cotidiana. Es una muestra clara de que nos falta preparación”, indica Araníbar.
Al no haber estructuras sismo resistentes en Bolivia, la gente debe estar preparada para reaccionar inmediatamente, es ahí donde entra el tema de prevención.
“La gestión del riesgo es de vital importancia. Nos permite determinar qué factores amenazan nuestras vidas”, explica Araníbar.
El responsable del SAR también considera que los simulacros deberían realizarse al menos una vez al mes, esto para poder estar listos al momento del suceso.
Tanto Antezana como Araníbar consideran a Japón como un ejemplo a imitar.
“La gente en el Japón sabe cómo reaccionar porque está preparada. Es un proceso que se va mecanizando a través de prácticas periódicas”, precisa Araníbar.
Respecto al equipamiento de rescate necesario para afrontar este tipo de problemas, la ciudad y el país sólo podrían afrontar la primera etapa que es la de búsqueda.
Los perros adiestrados son el medio más accesible para rastrillar y encontrar gente atrapada entre las estructuras colapsadas. Ninguna institución posee cámaras especiales y sonares que se filtren por espacios reducidos, al igual que equipos para remover volúmenes pesados, agrega Araníbar.
“En el caso de los sismos, tratándose de una condición impredecible en cuanto a tiempo, fecha y hora, lo único que queda es trabajar y tener la respuesta a la mano aunque nunca la necesitemos”, señala Araníbar. La educación para la prevención debe partir desde el hogar, las escuelas y universidades.
Datos.
El autor
Benjamín Brooks de la Universidad de Hawaii es el autor de este estudio. Señala que la falla estaría sobre una longitud de 100 Km y una profundidad de 1 mm, y que afectaría a la parte este del cordón andino y la cordillera oriental, lo que señalaría que no va a ser en lugares que han tenido prominentemente sismos.
Magnitud registrada
La magnitud más fuerte que se ha tenido en Bolivia ha sido en el Madidi de 8.1 grados. La diferencia es que se produjo a una profundidad muy grande, es por esta razón que no fue devastador ni causó problemas.
Resonancia
Cuando el suelo y estructura entran en resonancia es cuando la onda sísmica agarra la frecuencia de la estructura y empieza a oscilar. Esa oscilación ya no puede ser detenida y es la que causa el desplome.
Currículum
El ingeniero Arturo Antezana se especializó en estructuras sismo resistentes en países como la ex Yugoslavia, Macedonia, Japón, Perú y los Estados Unidos, entre otros.
Este informe no es oficial ni creíble
El jefe de la Unidad de Gestión de Riesgos de la Gobernación de Cochabamba, Fernando Fernández, afirmó que el informe sobre un sismo no es oficial ni creíble.
“No es ningún documento oficial para ninguna institución. Es un simple estudio que no justifica claridad o credibilidad respecto a su reporte”, señaló Fernández.
De acuerdo a Fernández, la Gobernación de Cochabamba hace dos años empezó a implementar políticas de contingencia para hacer frente a cualquier situación de emergencia o desastre natural cuando se presente.
También destacó que existen planes de contingencia para una posible eventualidad de un terremoto.
“En dos ocasiones, a fines del 2008 y 2010, se han realizado los simulacros de terremoto a la cabeza del Centro de Operaciones de Emergencia (COE), que aglutinó a varias instituciones”, precisó Fernández.
Estos dos simulacros permitieron establecer cuáles son las fortalezas y debilidades para que se pueda proporcionar las responsabilidades a cada institución, añadió. Para este año se tienen actividades programadas para la contingencia de posibles desastres. El COE se formó después del terremoto de 6.4 grados en la escala de Richter que azotó a Aiquile, Totora y Mizque el 22 de mayo de 1998.
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