El río Misisipi continuó ayer su desbordamiento en Memphis, en el estado de Tennessee (sureste de EE.UU.), donde la altura del agua alcanzó los niveles récord registrados en 1937 y ha provocado la evacuación de miles de personas.
"Hace un buen día, y la gente se hace un sentido equivocado de la seguridad. El poderoso Misisipi está empezando a envolvernos", dijo Bob Nations, comisario de emergencia del condado de Shelby, en Memphis, la ciudad más afectada por las inundaciones.
El caudaloso río ha crecido progresivamente en los últimos días, fruto de las abundantes lluvias caídas la semana pasada en la cabecera del río, a un ritmo cercano a los 30 centímetros diarios y se prevé que supere la cota histórica con más de 14 metros el martes.
Por el momento no se han reportado heridos ni fallecidos por este "desastre a cámara lenta", como lo han definido algunos, pero las aguas del Misisipi han alcanzado casas que se encuentran a más de 8 kilómetros del cauce habitual.
El gobernador del estado de Tennessee, Bill Haslam, solicitó al Gobierno del presidente de EEUU, Barack Obama, que declare "desastre natural" a 15 condados afectados por las inundaciones donde el agua sigue subiendo.
Los meteorólogos ya han advertido que el problema se mantendrá durante semanas.
Bill Borghoff, del Servicio Nacional de Meteorología, dijo hoy a CNN que se estima que las aguas volverán hasta los niveles de antes de la crecida hasta "principios de junio".
Por su parte, en el Delta del Misisipi, en el estado de Luisiana, se preparan para la crecida de las aguas, prevista para finales de semana. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. informó que abrirán un "desaguadero" 40 kilómetros al norte de Nueva Orleans para tratar de aliviar los efectos de las inundaciones.
La semana pasada, los estados del norte del Misisipi como Illinois, Kentucky, Misuri o Indiana también sufrieron el desbordamiento del río que anegó campos de trigo y obligó a millares de personas a abandonar sus hogares.
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